Ofelia, mujer de 54 años fue despedida de
su trabajo por su edad, tiene una hija llamada Sandra de 28 años que trabaja en
una empresa de tejidos, su trabajo le impide a acompañar a su madre a los
controles de adulto mayor, Sandra no está enterada de que su madre es
hipertensa, su madre por no preocuparla más, no le informa de su enfermedad,
estaba aburrida porque tenía que estar en constantes controles por eso iba muy
seguido al hospital del pueblo, un día Ofelia miró unos niños muy tristes,
ellos tenían cáncer y pensó: “tengo una
edad avanzada por eso tengo que acudir al médico, pero estos niños apenas están
empezando a vivir y tener que cargar con esta dificultad de estar enfermos”.
Luego, uno de esos niños la miró en la
ventana, entonces se le acercó y le dijo: “Señora, es cierto que hay mariposas
azules?” y ella no sabía que responder y sonriendo le dijo:” Si, pero también hay
de otros colores”. Después pasaron varios días hasta que tuvo que ir nuevamente
al hospital y no pudo con la curiosidad de saber si los niños estaban y ellos
seguían ahí. No sabía qué hacer para que los niños sonrieran y no la vieran
como una persona más que solo con su mirada triste veían y nada más.
Ella decidió hacer algo para hacer sonreír
a los niños y se vistió de mariposa azul sin que ellos supieran que era la
señora que siempre los miraba a través de las ventanas. Cuando los niños la
miraron quedaron sorprendidos y quisieron tocarla, pero ella les dijo que no la
toquen porque si la tocan los niños tristes perdería su color, que a ella le
gustaban los niños con una sonrisa grande como el arcoíris y todos sonrieron.
Luego siguió así visitando a los niños semana tras semana y ellos sonreían con
todas sus ocurrencias, así pasó un buen tiempo y Ofelia se dio cuenta de que su
hija ya no tenía tiempo para nada, ni siquiera para compartir un momento con
ella y en las noches cas}da vez está más aburrida y de mal humor y se molestaba
cuando Ofelia hacía alguna broma.
Como Ofelia era muy ocurrente decidió no
ponerse triste por su hija sino que pensó mejor en regalarle más sonrisas a los niños, entonces fabricó una caja muy
bien adornada con mariposas azules y la llenó de fotografías de los niños
cuando sonreían y almacenó muchas fotografías no solo de los niños sino también
de los adultos que las enfermeras atendían en el hospital, además de los
médicos y de cuantas personas sonrieran.
Llegó un día en que Ofelia se sintió muy
mal y se fue al hospital llevando el regalo para su hija en la caja ella colocó
un sobre con un mensaje que decía: “la
mayor riqueza para Sandra mi hija, de Ofelia”, Se la encargó a la enfermera que la atendió y le recomendó
que si ella muere se le entregue esa caja a su hija Sandra.
Tiempo después, desafortunadamente Ofelia
murió, Su hija fue a recogerla al hospital para su sepelio. Un día le llegó a
la oficina de Sandra cierta caja y ella lo colocó en un cajón sin siquiera
abrirlo. Paso un tiempo y Sandra cambió de oficina y encontró la caja y ella la
desechó a la basura, su secretaria la miró y le preguntó que qué contenía ese
paquete y por qué estaba sellado y ella le contestó que no sabía y que por
favor lo botara, pero su secretaria insistió en mirarlo y Sandra Enojada le
dijo que está bien, que lo abriera. Ella con mucha curiosidad lo abrió con
cautela y miró la tarjeta, la leyó y se sorprendió, luego le dijo a Sandra que
era de su madre y Sandra le respondió: “deben ser tonterías de mi madre, no es
importante”. La secretaria le dijo que era para Sandra, y Sandra le dijo que le
trajera la caja porque la aburría con su insistencia. Sandra abrió la caja y
leyó la tarjeta y se sorprendió y le dijo a su secretaria que la dejara sola,
al principio no podía entender qué le
quiso decir su madre, cuando miraba las fotografías no podía evitar llorar con
mucha tristeza pero al mismo tiempo sonreía con cada una de las fotos, casi al final
encontró una nota más que decía: “Hija
nunca supe ni sabré por qué razón dejaste de sonreír pero no te olvides nunca que la mayor riqueza
que tenemos y podemos brindar es una
sonrisa ”.
IRMA CECILIA BRAVO
Auxiliar de Servicios Generales